Me explico; El tenista juega cada punto como si fuera el último del partido, como el último del mundo, como el último de su vida. El tenista lo pone todo en cada momento, en cada punto, en cada instante... él sabe que cada momento es importante para ganar.
El tenista, antes de sacar -o de restar- imagina en su mente cómo va a ser el punto ganador -a su favor- ésto, que puede parecer una tontería, ayuda sobremanera al tenista pues no sólo le da el aliento de fuerza que necesita sino que además, le ayuda a concentrarse de una manera verdaderamente sorprendente en el partido.
Y a mí me gustaría extrapolar todo aquello a mi vida personal, a mi vida cotidiana. Pero no puedo, sé que no puedo y sé que no podré.
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