No voy a decir cúantas copas me he bebido.
No voy a decir cuánto me he gastado.
No voy a decir a qué hora he llegado a mi casa ninguno de los días.
¿Y entonces de qué cojones voy a hablar? Eso digo yo...
Bueno, la feria tiene algo especial, como Sevilla, o eso dicen y por ello... todos los años digo de no ir, pero siempre acabo llendo...
Quizás sea que me gusta esquivar caballos jugándome la vida cuando cruzo de calle en la feria como si estuviera en Manhattan en hora punta, o quizás sea la sorprendente habilidad ninja que se apodera de mí para poder esquivar los excrementos de los SAGRADOS caballos... o puede ser que me guste el PRECIADO albero del recinto ferial que te deja los zapatos y pantalones como si hubieras ido a la provincia de Faräh, Afganistán a combatir en la operación LIBERTAD DURADERA junto a los marines de los EEUU. No lo sé, pero siempre pasa algo.
Este año como novedad, me monte en la noria -no me refiero a la de teleciRco- a altas horas de la madrugada de un día que prefiero olvidar y con claros síntomas de embriaguez. Ésto último puede sonar bastante raro viniendo de mí, puesto que no bebo, pero se conoce que algún camarero malicioso debió echarme algo en el red-bull o en la coca-cola cuando estaba distraido, qué sé yo. Una vez montado en la noria comprendí que no fue buena idea; aquello comenzó a girar hasta elevarse miles de metros, subiendo y bajando a toda velocidad consiguiendo una aceleracion de no menos de 7G que mi cuerpo no podía aguantar. Pensaba que me iban a dar varios infartos y algún que otro marichalazo, pero SOBREVIVÍ. No sé cómo, pero lo hice.
Quizás he exagerado un poco el tema de la noria, sólo eran 6G y nada más que cientos de metros de altura...
Cuando me baje de aquel viaje del demonio y habiéndome asegurado de que mi capacidad psicomotriz y mis procesos congnitivos estaban al nivel normal, osea al 50% , me dispuse a demostrar científicamente el teorema de Arquímedes.
Después de comprobar que el móvil no flota en ningún tipo de liquido y mucho menos en aquel que te echa el malicioso camarero cuando le pides bebidas sin alcohol y aprovecha con alevosía que estas distraido para echarte todo tipo de bebidas alcoholicas que por supuesto, DESCONOZCO por completo, no alcanzo a comprender como acabó aquel líquido alcohólico que había en mi copa, dentro de ella. De cualquier manera, descubri que efectivamente el movil no flota ni en mi copa ni en la de mis amistades y puedo dar fé de que si el móvil se moja deja de funcionar y por ende, pierdes todos lo números de teléfono que habías guardado en la agenda. Eso sí, Arquímedes tenía razón, que es lo que importa.
Pero como digo una cosa digo la otra, si metes el móvil en líquido o líquido en el móvil y no enciende (cosa que ahora, parece bastante probable que pase), introduce el móvil en un tapper con arroz y cirralo un par de días poniéndolo al sol.
No miento si digo que el móvil recobró la vida cual Lázaro, pero con tan mala fortuna que sólo se ha jodido la función de vibrador que huelga decir, es la ÚNICA que utilizaba. Tengo mala suerte hasta para eso.
Pero eso no es lo importante, lo importante como siempre, son las personas con las que te rodeas.
Así que, todas las ferias seran iguales, la misma temática, el mismo procedimiento, el mismo horario pero lo único que puede cambiar son las compañias.
Y quizás eso sea lo mas importante.
Escuchando: Muse- Hysteria