jueves, 30 de octubre de 2008

Fábulas y reflexiones (10)

Miles de velas pueden encenderse con una sola vela.
Y la vida de la vela no será por ello más corta...
La felicidad nunca mengua porque sea compartida.




Escuchando: Europe - The Final Countdown

miércoles, 29 de octubre de 2008

Fotógrafo total (5)


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domingo, 26 de octubre de 2008

No se si tu recuerdo me hace mal o muy mal

Hace poco me preguntaba qué era más difícil, olvidar o recordar. Pues ya tengo una respuesta.

Gracias a la memoria selectiva que poseo -brindo por ello- para mí es más fácil olvidar que recordar.

Hay determinadas situaciones, que por diversos motivos, duele más de olvidar o cuesta más.
Me ha costado la misma vida olvidar, por eso quiero dar las gracias a todos los que me han ayudado a hacerlo (sobre todo a ti, a ti, a ti y a ti)

A todas esas personas que me han aguantado, en determinados momentos en los que era mucho más borde de lo normal. Aquellas que cuando me he quedado callado no me han preguntado nada. A esas persona que no me dejaron solo cuando quería estar con alguien.

Y sobre todo a esa persona que jamás me ha juzgado hiciera lo que hiciera...


Porque ahora sé que no todo siempre es igual y que hay muchas veces que merece la pena.

Escuchando: Pete Doherty (the libertines) - what katie did

sábado, 25 de octubre de 2008

No marco ni de penalty

Hace mucho tiempo una persona muy cercana a mí que se gana la vida volando me dijo “Si te quedas sin velocidad, sin altura y sin ideas… tienes un problema”.

De acuerdo. Me he quedado sin velocidad, sin altura y sin ideas (nunca las tuve) así que… ¿Ahora qué?

Supongamos que, siendo optimista –que no lo soy-, debería buscar una solución a una situación realmente complicada desde fuera y muy fácil desde dentro.


No siendo así, la solución suele ser siempre más fácil de lo que parece o al menos en eso me aferro una y otra vez.

¿Qué es más difícil, recordar o olvidar?


Escuchando: Coldplay - The Scientist

viernes, 24 de octubre de 2008

Las promesas se pueden romper por los dos lados

Sólo hay una cosa que odio más que un médico…y son dos médicos. Puede que esta afirmación se fuera construyendo años ha, mediante múltiples visitas a diversos especialistas.

Ahora, cuando ya no planeaba sobre mí la sombra del médico… ha vuelto.
Maldita sea mi suerte, ¿Qué habré hecho para esto? Realmente no importa…

Lo más curioso de los médicos se produce en la situación cuando te diagnostican algo y tú no estás de acuerdo. Vas a otro médico, a otro, a otro y así… hasta que alguno te diagnostique lo que tú quieres o más te interesa. Es fascinante.

Porque seamos sinceros, ¿Vas a confiar en un señor que con total seguridad se ha emborrachado fin de semana si fin de semana también, no iba a clase y se ha sacado la carrera copiando? Yo no lo veo nada claro…

Aún así recuerdo una vez de pequeño, hace dos o tres años, cuando estuve un periodo más o menos relevante en el hospital. Recuerdo también cómo le hice la pregunta MÁGICA al facultativo: “¿Me va a doler?” A lo que el muy serio, mirándome a los ojos, de la manera más fría y sin un matiz de gesticular dijo “Sí” mientras sujetaba un tubo y un bisturí en la otra mano.

Después de ese momento de nirvana, que recuerdo como de los más dolorosos de mi vida, me estuvo explicando una serie de cosas que apenas podía escuchar y aún menos entender. Cuando finalizó de hablar conmigo mantuvimos una conversación:

-Perdone, ¿Me va a seguir doliendo?
-Sí
-Ah…¿Sabe que me dan miedo los médicos?
- ¿Te dan miedo los médicos?
-Sí.
-ah… -cara de a mí qué cojones me importa-
-Si me promete que mañana no me va a doler, le prometo que perderé el miedo a los médicos.
-De acuerdo, trato hecho.

Y así descubrí cómo se pueden romper las promesas por los dos lados, algo que he tenido presente desde aquel día.


Escuchando: Demian rice - delicate

jueves, 16 de octubre de 2008

420 metros cuadrados dan para mucho

Desde pequeño he practicado deporte. Recuerdo con cierta dulzura y no sin amargura, aquellos tiempos en los que me obligaban a jugar a una serie de deportes infames que odiaba con todo mi ser.
El único que se podía salvar de aquella criba podía ser el fútbol, que alguien se encargo de inculcarme con calzador de pequeñito como a tantos otros…
De aquella manera, odiaba sistemáticamente jugar a cualquier deporte de equipo, siempre y claro no fuera el futbol, siendo éste el menor de los males. De aquella manera experimente forzosamente lo que es jugar en equipo:
-Nadie gana pero todos pierden.

Maldita sea, cuánto daño me ha hecho esa frase la cual llegue a deducir yo mismo. En un deporte en el que compites tú sólo, tú mismo asumes la derrota –toda ella- del mismo modo que tú mismo celebras toda la victoria. Los errores… son propios, no dependes de nadie.
No caes en la frustración de hacer un partido diez y por culpa de un/os compañero/s todo tu esfuerzo no vale para nada…

Hace no mucho tiempo se puede decir que convivo con muchas personas que forman diversos equipos de cierto deporte que no quiero mencionar. Y he descubierto muchísimas cosas fascinantes y otras, nefastas.
He visto que en casi cualquier equipo numeroso, hay grupos. Grupos, claramente diferenciados donde la supuesta amistad que se supone que hay que compartir entre todos (los del equipo, se entiende) es solo una palabra, un formalismo y a veces ni eso.
Donde la envidia, mentiras e incluso traiciones y las medias tintas están a la orden del día. Y son cosas que me sorprenden, hacen que la visión que tenía de “grupo” es totalmente cierta, nada era erróneo. Bueno, hay muchas cosas en las que me equivoque.
He comprobado que hay grupos, sí. Pero dentro de esos grupos hay gente fantástica que se apoyan los unos a los otros. Sitio, donde ciertamente no hay mentiras y si existe la mejor de las envidias, la sana.
No estaba equivocado del todo, dentro de un equipo hay amigos, conocidos e incluso enemigos. Pero sobre todo, hay profesionales –unos más que otros- y es eso, lo que muchas veces se nos olvida.

Y es que son demasiadas cosas que yo no pude, no puedo, ni podre soportar.

Escuchando: TC-Robots

viernes, 10 de octubre de 2008

El ruido del silencio

Estoy deseando leerte un cuento, para ver como te quedes dormida entre mis brazos...


Escuchando: red hot chili pepper - otherside

lunes, 6 de octubre de 2008

Vago para escribir, vago para pensar

Me di cuenta que hay muchas cosas que no se valoran hasta que se tienen. No hace falta ser muy inteligente para saber que una constante se puede convertir en una variable –o al revés- pero lo cierto es que muchas veces, no somos todo lo rápido que deberíamos.

Debo darle las gracias al río, aquel que siempre está y ha estado ahí. Tengo la obligación moral de hacerlo porque jamás me ha fallado y ha compartido infinidad de cosas conmigo.
Me vio crecer (yo también lo vi a él), me ha visto salir con los amigos, las amigas, la novia… me ha visto enamorarme, me vio desenamorarme… me vio reir y me vio llorar.
Ya tienes mis recuerdos… ya me conoces más, siempre habrá esa complicidad silenciosa que nos une, lo sabes tan bien como lo sé yo.

Sabes que gané todas las batallas pero perdí la guerra y eso es algo que no volverá a suceder.

Escuchando: korn - freak on a leash

viernes, 3 de octubre de 2008

Ver otro amanecer

Cientos de estrellas en el techo de mi cuarto...
pero ninguna como una estrella en el cielo.

Miles de estrellas en el cielo...
pero ninguna como tu cercano recuerdo.

Millones de recuerdos...
pero ninguno tan intenso como tenerte.

Infinitas veces te he visto...
y sé que jamás, volveré a verte.




Escuchando: Barry White -Can't Get Enough Of Your Love Babe