sábado, 29 de agosto de 2009

Las ratas son las primeras en abandonar el barco

Mejor me cuentas con todos los datos habidos y por haber, con fotos -croquis inclusive- , mapas, anotaciones, situaciones, acciones, acontecimientos, nombres, apellidos y con pelos y señales, con especial detenimiento en las fotos y en las señales.

Una cosa muy abstracta no podría personificarlo de manera alguna ni en nada ni en nadie, y correría el riesgo de ser demasiado incorrecta y perdería mucha gracia pudiendo caer en el olvido. Por el contrario una cosa demasiada personificada perdería seña de identidad alguna y es entonces donde la imaginación no jugaría papel alguno y perdería mucha gracia.

Venga, dime. Inventa algo.



Escuchando: Dover – Devil came to me

domingo, 23 de agosto de 2009

Algunas personas oyen voces... otras ven gente invisible...otras no tienen imaginación para nada

Soy especialmente reacio a viajar en autobús por multitud de razones.

Entre las principales razones se podría decir que la incomodidad más que evidente por la falta de espacio, la cual en muchos casos puede llegar a rozar el hacinamiento, las nulas habilidades conductoras del profesional que se hace llamar conductor -que muchas veces roza la negligencia con sus acciones- o incluso la relación de malos horarios/duración del viaje/precio son las más relevantes.

Pero hoy, he descubierto una razón nueva.


Normalmente si viajas solo, cabe la remota posibilidad de que nadie se siente en tu proximidad. Lo ideal -al menos para mí- es que nadie se siente en el asiento contiguo. Lo prefiero por unas cuestiones básicas: si no hay nadie al lado puedes ir mas cómodo al ocupar parte del asiento colindante además de poder poner alguna pertenencia en mencionado asiento. Pero también vas solo, tranquilo, nadie te molesta. No corres el riesgo de que un enemigo de la ducha y el desodorante se establezca a tu lado.


Después de descubrir que para ir de A a B había que parar en C-D-E-F de manera inexplicable, y descubrir también que en cada parada no sólo se montaba más gente sino que nadie bajaba y así la sensación de hacinamiento aumentaba más si cabe, el conductor en cada parada se bajaba a fumarse un cigarrito con ninguna prisa. He de suponer que el cigarrito era estrictamente necesario para la continuidad del viaje, pero el retraso notorio de más de treinta minutos y mi infinita perspicacia me dice que no, que no eran necesarios tantos cigarritos. ¡Qué le vamos a hacer!


En una de esas infinitas paradas con cigarrito incluido (!Como no¡) se montaron una serie de personas que estime que eran de la misma familia por el griterío que mantenían entre ellas. Cuando se montaron en el autobús y comprobaron que no había sitio para montarse juntos, se dispersaron por todo el autobús buscando algún lugar cómodo para poder instalarse hasta el final del trayecto.


Estaba tranquilamente, intentando disfrutar sin éxito cuando descubrí que una señora de avanzada edad de aquella familia hacía el ademán de instalarse en el asiento de mi derecha. No le di mucha importancia al asunto. La justa.

La señora que presumiblemente era de etnia gitana, avanzada edad y portaba generosos anillos, pulseras y abalorios de oro, parecía muy amable y respetuosa. Poco tardo en disiparse aquella impresión.

Nada mas comenzar el trayecto, empezó a espetar una serie de oraciones de algún tipo de religión que desconozco y me niego a calificar porque con toda seguridad incurriría en algún tipo de delito tipificado en el código penal, con total naturalidad y tranquilidad. He de reconocer que este hecho me sorprendió sobremanera, más aún cuando comprobe el volumen elevado y la intensidad que la señora trataba de imponer a dicha “oración”. Pasados unos tensos minutos para todo el autobús, la señora termino -o al menos se calló- y todo el autobús recuperó la "normalidad".

No pasaron ni de 10 minutos de aquel incidente cuando la señora interrumpió la perfecta tranquilidad que no sé ni cómo había conseguido obtener:


-Perdona niño, ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Eh... si...

-¿Tú que edad tienes?

-Soy bastante más joven que usted, señora.

-Es que mira niño, tengo una hija que aún anda por ahí soltera y no ha encontrado a ningún hombre “apañao”.

-Uhm...

-Es muy buena niña, de verdad, pero no tiene suerte y a mi me gustaría que estuviera con alguien...

-UHMMMM..... (cara de ¿Por qué todo me sucede a mí?)


-A ver niño, me he fijado que tú viajas solo ¿Tienes novia?


-Lo cierto es que ahora...

-¿Ves? Si yo ya sabía que no tenias novia (me interrumpe)


-A ver señora...

-Lo que no entiendo es como un niño como tu no tiene novia. Espera que te voy a enseñar a mi hija... (busca “algo” en el bolso)


-Pero señora.... si es que....

-Mira mira, que guapa es. (vuelve a interrumpirme mostrándome una foto de una niña)

-Pero señora, si su hija parece que tiene no más de 15 años.

-Tiene 13, niño, y aún no la tengo “casá” ni tiene ningún hombre que la quiera.

-A ver señora, me siento muy halagado pero su hija es muy joven para mi...

-¿Muy joven? ¡Si esta en edad de merecer!

-Eh... si bueno, pero es que el problema es que tengo novia.

-Pero si antes me has dicho...

-No señora, no me ha dejado terminar, se lo estaba intentando decir (le interrumpo)

-Bueno niño, pero ¿no te gusta mi niña más?

En ese momento, cerré los puños para contenerme. Para callarme por las 50 veces que me había llamado ya “niño” como si nos conocieramos de toda la vida. Y los cerré con tanta fuerza que sentía que debía parar porque era más que probable que me hiciera daño en las manos.

-Señora, de verdad, tengo novia. Y tengo mucho sueño. Si me disculpa...

-Pero niño es que...


En ese momento me puse los auriculares del IPOD y apoye mi cabeza contra la ventanilla emulando estar dormido. Desconozco si me dijo algo más, o si intento seguir orando o qué demonios hizo, pero la verdad es que gracias a dios, lo desconozco.



Un par de fotos de la señora, respetando su privacidad, por supuesto:











Escuchando: Frisco vs Ice MC - Think About The Way

jueves, 20 de agosto de 2009

Yo siempre me tomé la vida con un poco de sal y una rodaja de limón...

Hace poco me encontré con una persona que hacía muchos años que no veía. Con una mezcla dulce entre casualidad e inocencia nos encontramos de nuevo.

Una de las cosas que me gusto de aquel encuentro podría ser comprobar de qué manera he cambiado durante todo este tiempo ya que hace no menos de 8 años que no veía a esa persona. Me sorprendió sobremanera comprobar lo que había cambiado en mí y lo que no, gracias a la amabilidad casi infinita de aquella persona. Pues uno de los rasgos mas sectarios que he comprobado es que casi siempre de manera unísona e involuntaria nos obcecamos ciegamente en que no cambiamos y de forma que roza la sugestión nos convencemos de que el cambio es malo. No siempre debe ser así.

Lo curioso del caso es que no sé por qué nos distanciamos tanto y de tal manera de que aún viviendo con una proximidad asombrosa jamás a dado pie a vernos de modo alguno. Recuerdo las últimas veces que nos vimos -que no la última- y no sé cómo, siempre ha existido una conexión especial entre nosotros. Aunque llamarlo conexión especial también puede llegar a ser peligrosamente atrevido, creo poder llamarlo así sin tener miedo a equivocarme.Una conexión que no ha sido sexual, por razones que huelga explicar y por supuesto me niego a explicar, pero siempre he sentido con esa persona que irracionalmente me escucha y emula verdaderamente bien comprenderme !Casi parece real¡

Y es que escuchar no es sólo abrir la oreja, comprender lo que nos quieren decir y procesarlo con más o menos acierto, no. Eso no es escuchar. Posiblemente de ahí se derivan todos los problemas de aquellas personas que dicen saber diferenciar, pero en el fondo no distinguen oír / escuchar.

Infinidad de personas emulan escucharte cuando solo oyen, y luego exigen ser escuchadas con una firmeza insólita. ¿Dónde está el principio de proporcionalidad? ¿Dónde está el sentido común?


-Ah, yo qué sabía.

-Bueno, qué le vamos a hacer.




Escuchando: Estopa(maqueta) - Si la vida es tanta ostia

viernes, 7 de agosto de 2009

carasyuh es mi drama, y tu drama soy yo

La represalia consistirá en padecer una situación que presumiblemente no podría soportar. Mis operaciones se organizaban, se planificaban a partir del estudio minucioso y pausado del terreno enemigo y de la actitud predominante en las efigies -más abstractas que nunca- y aún así en algún momento me podrían parecer hasta naturales.

Con todo, yo también podía sentir las consecuencias de las faltas, tanto mias como comunes, y no por ello podría remediar ese sentimiento que me invadía -me invade, realmente- de ser la primera vez que busco esa sensación que me sorprende cuando las constantes atacan mi tan golpeada sensibilidad.


O dicho de otra manera, el placer de esperar el agravio de enemigos y no tan enemigos que siempre es dulce e inquietante y no siempre a partes iguales.


Escuchando: Green day- wake me up when september ends

lunes, 3 de agosto de 2009

Un error dos veces nunca es un error

¿Alguna vez has perdido un tren? Yo no, pero me he bajado un par de paradas más allá del lugar donde quería ir.



Escuchando: The Fray - All at once