Tenemos todos los demás días del año para vernos, -casi- siempre con nocturnidad y casi nunca de manera satisfactoria pues aún con el paso de los años, sigo convencido de que no te quiero ver pues tu zafia presencia exaspera incluso a alguien como yo. Pero es casi obligada tu presencia.
Sólo hay un día al año que no te quiero ver. Y no me siento culpable por ello.
Escuchando: Bunbury - Y al final...


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