No supe valorar la situación que tenía, o mejor dicho, en la que estaba. No sabía que lo que estaba pasando quizás no volvería a pasar. Nunca lo supe en ningún ámbito.
No sabia que todo podía cambiar. No sabia que todo aquello, era perecedero pero me intentaba convencer de que no, como siempre.
Ahora, intento aprovechar al máximo el momento, -siempre- con mesura y control, pero intento aprovechar todas las situaciones que la vida me brinda de alguna manera. Y si no lo hiciera sería un insensato, pero al menos sería, al menos sería...
Cuando uno es joven siempre quiere ser mayor pero llegado el momento, ya no se quiere ser mayor, cambia el punto de vista y , entonces, se desea volver a ser joven. ¿A quien no le ha dicho una persona de edad avanzada, "aprovecha ahora que la vida pasa volando"?
Y todo aquello es verdad, los años pasan, inexorablemente, para todos. Y lo malo para mí y bueno para algunos, es que eso implica no saber vivir algunos momentos. O mejor dicho, no saber con qué ganas, y cómo cuantificar ese tiempo y todas las situaciones, circunstancias y momentos que eso implica.
Algo así pasó con los Beatles. No creo que ellos mismos supieran que el último -gran- disco que fueran a componer fuera el que fue, ni que la ultima canción que tocaron en aquella fría azotea del edificio Apple Corps en el 3 de Savile Row, Londres, el 30 de enero de 1969 fuera "let it be". Pero aun así, fue una de las últimas, una de las últimas de todas las que tocaron en directo... Y nunca sabré si alguno de ellos, si por alguna de sus mentes, pasaba la idea de que podía ser la última o una de las últimas, nunca sabré, si saborearon ese último momento juntos, tocando.
Nunca sabré si disfrutaron cada momento, si fueron conscientes de quienes eran y lo más importante, cómo eran. Tampoco sabré nunca si eran conscientes de lo que hacían y sobre todo, cómo lo hacían.
Simplemente ellos, lo dejaron estar.
Y lo hicieron porque eso mismo, eso, nos sucede a todos.
Escuchando: The Beatles - Let it Be
