Y es por eso que tengo la sensación, a lo mejor un poco paranoica, a lo peor infranqueablemente obsesiva de que todo es cuestión de sentimientos y sensaciones y por eso, creo cual joven infante del siglo XVII, que todo es posible.
Me resulta imposible creer ni siquiera por un instante que toda esa muchedumbre que observo desde lejos, alcanza la felicidad. Donde su inefable concepto de “amor” es obsesión, control, celos, discusión y bronca. Luego, pasado el tiempo y sólo en el mejor de los casos se estabiliza en un egoísmo compartido al sentir el miedo a quedarse solos, viviendo algo que a duras penas se sostiene mediante medias verdades. ¿Qué demonios es eso?
¿Qué sentirán ellos?
¿Tan raro soy?
Escuchando: Blondie - Maria

1 comentario:
...La música dice mucho de aquellos que la escuchan..a pesar de la falta de inspiración...
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