Siempre que algo se acaba… ya sea, una película, una relación, un día o incluso un año uno tiende a analizar cómo ha ido y por qué ha ido de esa manera. Sin otro motivo que poder evaluar con un mínimo de sentido crítico y poder tomar una acertada visión de lo que propiamente, se esta analizando.
Cierto es que este año ha sido una mierda con –pocas- excepciones. El año empezó bien, como todos, con los malditos (falsos) propósitos de cada año. Pero fue un maldito espejismo…
Poco a poco se fue jodiendo la cosa hasta derivar en uno de los peores años que recuerdo en los últimos cinco años. Aunque en los últimos meses del año la cosa ha remontado, cosa muy de agradecer, no ha sido posible salvar el resultado final.
Siendo así, esta misma noche tomare las mismas doce uvas, cenare la misma cena, hablare sobre los mismos temas que se repetirán cíclicamente una y otra vez… y pensaré en los mismos propósitos manidos de todos los años, con la única esperanza de que este año que entra, por fin, sea mi año.
Escuchando: Foo Fighters - Best Of You
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