Ahora, días después, cuando ha pasado un tiempo prudencial para poder pensar en el asunto o al menos, pensar, he descubierto que los sentimientos cambian o mejor dicho, pueden cambiar. Pero lo que prevalece es la razón y la lógica. Eso no puede cambiar.
Aunque también es cierto que no puede cambiar lo que algunos desconocen, otros temen y aquellos, miran con recelo.

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