miércoles, 24 de marzo de 2010

Excusatio non petita, acusatio manifesta

Anduve en una de las famosas bibliotecas de mi ciudad donde lo más raro, infecto e incomparable de sociedad se reune para estudiar o hacer como el que estudia.

Es verdaderamente sorprendente lo que te puedes llegar a encontrar en una biblioteca; desde gente que toma drogas o consumen alcohol a escasos metros de la entrada y luego entran a "estudiar" a gente que pasea los apuntes y/o libros para limpiar su conciencia y una vez que llegan se limitan a ocupar un sitio y salir fuera a pelar la pava.

Aún me he encontrado casos más raros. Por ejemplo, aquella persona que nada más abrir la biblioteca, a primera hora de la mañana entra el primero y enciende el ordenador. Y entonces entra en un bucle infinito cambiando de ventanas del navegador entre: Tuenti, Facebook, badoo y Ebuddy.
Horas y horas así, conectado a internet, golpeando las teclas como si le fuera la vida en ello. Ese tipo de personas es un clásico conocidos por todos...

Pero hoy ha sucedido algo que ha superado todo lo que he visto anteriormente en una biblioteca:

He llegado a las 16:15 horas a la biblioteca. Me he sentado a la derecha de una chica, presumiblemente más joven que yo, de aspecto limpio, aseado y saludable.
Frente a ella, un ordenador portátil que precisamente es el que la universidad de mi ciudad presta durante 4 años por 100€ con opción a quedártelo o bien lo puedes devolver recuperando el dinero depositado. Al lado del ordenador, un paquete de pañuelos de una conocida marca. Nada más.

Saco los apuntes, el netbook, el libro, me pongo a estudiar y la curiosidad de ver qué hacía la chica con el ordenador llama a mi puerta. ¿Miro? ¿No miro? ¿Debería mirar?¿Estará bien si miro? ¿Y si mi ve mirar?

La curiosidad gana y acabo mirando...

Bien, en la pantalla veo que esta viendo una TELENOVELA presumiblemente sudamericana y en una ventana más grande que ésta, tiene el famoso paint abierto haciendo figuras abstractas e indescriptibles que sólo un forense criminalista se atrevería a descifrar su significado.

¿Quién juega al paint aparte de niños de 10 años que no han visto un ordenador en su vida?


(Click para ampliar)



Lo más preocupante no es que estuviera perdiendo el tiempo, lo más preocupante era el nivel de concentración que alcanzaba; algo que verdaderamente me ha dejado atónito ya que no había visto en mi vida cosa igual.
Fruncía el ceño cuando quería un cuadrado y pinchaba en el círculo, se enfadaba cuando pintaba el pixel que no quería, bajaba el volumen de la telenovela que escuchaba a traves de los auriculares para tener todas sus capacidades psicomotrices para realizar una importante actividad como elegir el color para los cuadraditos y que fuera óptimo con el color de los circulitos.

Después de tanta tensión, seguía viendo capítulos tras capítulo de una abyecta telenovela que a dios gracias no sé cual es y seguía haciendo figuras en el paint, figuras que prefiero no recordar pues sólo hay un tipo de persona que desperdicia tanto tiempo en hacer figuras ininteligibles y prefiero no utilizar calificativo alguno, pues creo que esta bastante claro.


Lo grave, es que dos horas y media después ella seguía con sus dos actividades, sin importarle que nadie la viera. Yo, por prudencia o quizás por vergüenza torera me fui sigilosamente, para no importunar a tal bellísima persona.






Escuchando: Arctic Monkeys- Leave Before The Lights Come On

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