domingo, 4 de mayo de 2008

Siempre, siempre, siempre

Siempre he tenido una especial afinidad a las muletas. Quizás sea porque en el pasado, he sufrido diversas dolencias; Desde esguinces, de tobillo y rótula... hasta fracturas, tobillo, 5º metatarso y menisco interior. Debí tener una infancia ajetreada...

Debido a aquello, siempre he tenido que tener cerca un par de muletas o al menos, una.

Aunque supongo que no es de eso de lo que quiero hablar. Hace unos días, me di cuenta de que existe la envidia sana. No sé muy bien cómo llegue a esta conclusión, pero la verdad es que así fue.

Aunque realmente creo que no es exacto definir la envidia sana como "envidia sana".
La envidia por definición es un sentimiento negativo. ¿Cómo puede haber envidia sana?

Pues... básicamente porque te alegras de que alguien tenga algo que tú también quisieras tener para ti mismo.

Alguien no puede vivir siempre deseando lo que no puede tener, o lo que no se merece. Una persona nunca será completa así. Del mismo modo que nunca será completa si tiene que depender de alguien o de algo.
Yo, gracias a dios me libre hace mucho tiempo de las muletas, aunque las muletas emocionales se resisten a irse.


La indignación es algo permanente. La tristeza, digamos, mi estado natural.


Escuchando: Babyshambles - I Love You But You're Green

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