Me encanta salir a la calle sin gafas, de ese modo apenas reconozco a las persona a una distancia superior de 5-10 metros por lo cual no tengo que hacer el "teatro" de encontrarme a nadie y parecer simpático. Pero no sólo eso, sino que tampoco tengo que ir atento para leer nada, no necesito estar atento a nada.
Y creo que esto se debe a la miopía, bendita sea. No tengo mucha dioptría, estoy en el rango en el que los especialistas se atreven a afirmar como -leve- 1.75 y 2 en cada ojo, aun sin recordar cual es cual.
Ir sin gafas por la calle, para mí, es como ir con el IPOD. Esa necesidad de desconectar, de sentirte tranquilo, de estar en "algo" que nadie puede joder. Como ya comente aquí, el uso del IPOD o de cualquier tipo de reproductor de música en determinados momentos son VITALES para la supervivencia de cualquier homínido.
Por eso sé que tengo un don, porque si quiero, puedo acercarme a la realidad tal y como es o en el mejor de los casos, ignorarla.

4 comentarios:
Te apoyo Sergio. El Ipod es lo mejor que se ha inventado después del helado de dulce de leche de Häagen-Dazs... =D
JODER que chispa......
Tienes unos lectores muy simpaticos Sergio =)
es lo que hay ''BONITA''
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