viernes, 11 de julio de 2008

El amor de verano

Una vez más, jugando con mi integridad física, me aventuraré a hablar de uno de los temas prohibidos.


Es por todos sabidos que durante el periodo estival todo es posible, TODO;
Desde que te toque la lotería, a que te levantes en un lugar desconocido sin saber dónde estás ni cómo has llegado hasta allí, incluso por capricho del destino puede aparecer tu cadáver en una cuneta con un tiro en la nuca. Así es el verano ni más ni menos, toda tu suerte puede cambiar en un suspiro para bien o para mal.

En verano es más fácil fijarse en otra persona, hay mas tiempo libre y se sale más. Se pasa más tiempo fuera de casa y si eres afortunado pasarás tiempo en la piscina o en la playa. Y como ya lo dice la primera ley del marketing “todo lo que se ve se vende” aquí, una vez más, es un hecho irrefutable.

Así es el amor veraniego; En verano es la única época del año donde te puedes enamorar varias veces al día, una vez en todo el verano o ninguna. He de confesar que conozco a varios especímenes que sufren del síndrome “veraniego” durante todo el año, pero son casos aislados e irrelevantes.

Siendo así, si te enamoras en verano y eres medio correspondido –sí, en verano sólo hace falta la mitad- sabes que ese amor de verano tiene un comienzo y un final: El FINAL de verano.

Y nada es más triste que despedirte de tu amor veraniego hasta el año que viene. Sientes como el señor san valentin viene a arrancar con violencia la flecha que un día clavó con suma delicadeza en tu corazón y tú mientras, te desangras, pensando en ella.


Escuchando: Triana - cae fina la lluvia

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