martes, 8 de julio de 2008

Porque algo sea triste no tiene porque ser verdad

Justo en la entrada de la estación vi un coche que dictaminó que el castigo del karma se iba a producir con celeridad; vi un Mitsubishi “pajero”.

Me monte en el autobús y sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. Algo no marchaba bien, algo me decía que la cosa no iba como era de esperar.

El autobús iba medio vacío, era la clásica hora de comer castellana, las 15:00 horas.


No tenia batería en el ipod ni batería en el portátil, tampoco dinero suelto para comprar una botella de agua ni seguramente tuviera suerte, aunque nunca he sido un afotrunado poseedor de ésta. Por aquella circunstancia, no podía escuchar música y sabía a ciencia cierta que me iba a aburrir.

Ubique mi asiento al azar e intente acomodarme como pude para pasar la hora y media larga que tarda el autobús en hacer los 73 km que necesito recorrer hasta mi destino.

Nada más arrancar el autobús hice caso omiso al cartel “no molestar al conductor” y me acerque a él para preguntarle un par de cosas:



-Perdone, ¿No pone ninguna película?

- No podemos poner ninguna película, para poner películas hay que pagar unos impuestos a la sociedad de autores y nuestra empresa no quiere pagar.

-Ajam, ¿podría poner entonces un poco de música?

-Hijo, no podemos poner música porque también tendríamos que pagar otra serie de impuestos y la empresa es de la hermandad del puño cerrado.

-Podría al menos poner la radio…

-Claro!! Eso si que puedo, siéntate ahora mismo la pongo.


Pasaron escasos minutos cuando comprobé que efectivamente el amable conductor puso la radio. Pero no una radio cualquiera, no, puso RADIO OLE.



Bendita SGAE, gracias por regalarme hora y media sin película, sin música y con RADIO OLE; la puta hora y media más larga de toda mi mierda de vida. GRACIAS.



Escuchando: Lasgo - something

1 comentario:

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJA tambien, muy buena... de verdad te pasó esto?? ^^