Cuando
empecé a
escribir aquí hace dos años nunca pensé que ahora, dos años después, seguiría escribiendo aquí. Ciertamente no sabía cuánto iba a durar, como es lógico, pero tampoco podía asegurar que fuera a estar durante años
haciéndolo con mayor o menor éxito.
Recuerdo el momento, cuando estaba hablando con mi
famosísimo amigo en un
conocido bar de mi ciudad y salió en la
conversación la
"necesidad" de abrir un blog y así plasmar en él lo que me fuera ocurriendo y lo cierto es que me pareció una idea más que atractiva.
Estuve pensando unas semanas en cómo darle forma a lo que quería hacer. No era fácil.
Una vez que tenía pensado el formato que quería, el contenido y la temática, empecé a darme cuenta de las posibles consecuencias que tendría hacer algo así. Y es que eran muchas.
Era
perfectamente consciente de que habría personas a las que no les gustaría, personas a la que les gustaría, personas que se sentirían aludidas con lo que intento trasmitir y otras personas que no. Sabía que habría personas que se sentirían
identificadas con lo que escribo en un intento de trasmitir
"algo" y habría otras que no. Comprendí también que me leerían desde muchos lugares; desde mi propia ciudad hasta en lugares que jamás llegaré a conocer al otro lado del mundo.
Entendí forzosamente, también, que me leerían desde los amigos más intimos hasta los enemigos más certeros, como personas cercanas y compañeros, como amistades que hacía años que no veía
así como familiares cercanos y personas que no conocía de nada.
Pero sobre todo,
fui capaz de entender que todo ésto tendría repercusiones tanto positivas como negativas. Eso era más que evidente.
Entre las repercusiones positivas ajenas a mí podría abarcar las felicitaciones, conocer a gente
(bueno, que ellos me conozcan a mí, y me reconozcan) y sobre todo ofrecer la posibilidad de que la gente sepa algo sobre mí, sobre mis pensamientos y acerca de mis sucesos habituales
-que no son pocos- de forma regular, este donde este mediante un ordenador,
pda, móvil o similar.
Entre las repercusiones negativas ajenas a mí, se pueden resumir muy brevemente; críticas, enfados y personas que
injustamente se han dado por aludidas con algo.
Pero no me importa. Sabía con total certeza que iba a ocurrir.
Lo que no sabía cuando estaba sentado en aquel bar, es que durante estos dos años iba a tener, más de
68,500 páginas vistas desde los
5 continentes (66 países para ser exactos) mediante más de
3.500 usuarios únicos. Son cifras
insignificantes comparadas con las que se manejan en
internet hoy en día, pero para mí son más que
suficientes. Hace 2 años, me hubiera conformado con un 10% de ellas y ahora sigo pensando lo mismo.
¿Para qué cambiar?

Escuchando:
Portishead - Wandering Star