Llegaron junto al agua, se sacaron las ropas, y desnudas entraron a bañarse.
La furia, apurada, como siempre, inquieta sin saber por que, se bañó y rápidamente salió del estanque. Pero como la furia es casi ciega, se puso la primera ropa que manoteó, que no era la suya sino la de la tristeza. Vestida de tristeza la furia se fue como si nada pasara. La tristeza, tranquila y serena tomándose todo el tiempo del mundo, como si no tuviera ningún apuro, porque nunca lo tiene, mansamente se quedó en el agua bañándose mucho rato y cuando terminó, quizás aburrida del agua, salió y se dio cuenta de que no estaba su ropa. Si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que para no estar así, al descubierto, se puso la única ropa que había, la ropa de la furia. Y así vestida de furia, siguió su camino.
Cuentan que a veces cuando uno ve al otro furioso, cruel, despiadado y ciego de ira, parece que estuviera enojado, pero si uno se fija con cuidado se da cuenta de que la furia es un disfraz y que detrás de esa furia salvaje se esconde en realidad la tristeza.
3 comentarios:
bonita entrada y bonita cancion
Pero eso no es así. La testosterona es la principal causa de la furia de los hombres. Y su ausencia en el sexo femenino es el por qué se enfadan mucho menos. Lee un poco más de biología COJONES YA.
:(
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