¿Qué me ha traído hasta aquí?
¿Dónde está la magia que estoy buscando?
La magia, todo se basa en magia.
Muchas veces cuando tengo los cojones suficiente para miras atrás me doy cuenta de que hay infinidad de cosas de mi pasado que no encajaron, ni encajan ni encajaran. Suponía erroneamente, que si las dejaba ahí, solas, ellas mismas harían el trabajo sucio o al menos harían algo. No podía estar más equivocado.
Ni ellas encajan, ni yo con ellas. El pasado es así, sólo me ofrece piezas inconexas que ni él mismo podría poner en orden y mucho menos tener solución alguna y menos aún, darle un efímero sentido. Él sólo me ofrece respuestas sin preguntas y preguntas sin respuestas. Algo que resulta ser muy enfermizo.
Reconozco que he intentando forzarle a él, incluso a las piezas para que encajasen y todo cuadrase con cierta sintonía. Todo ello para sentirme un 1,33% mejor. Pero no mereció la pena.
Entonces dejo el pasado. Entonces me acuerdo de ella.
Sin saber muy bien por qué, cómo y no tener muy claro cuándo, descubrí que no era suficiente. Ya no me conformaba sólo con momentos. Casi sin querer me fui dando cuenta de que todo estaba formado por despedidas, aquellas despedidas inacabadas y en muchas ocasiones frías y distantes.
Entonces las preguntas te inundan:
¿Cómo es ver un atardecer sin la necesidad de adornarlo con palabras?
¿Cómo es gritar en silencio lo que siento?
¿Cómo es estar horas sin necesidad de hacer nada y que su mera compañía me baste para encontrar una calma que verdaderamente ya había olvidado?
¿Cómo es?
¿Dónde está la linea que define que es más que una amiga y menos que un amor? Lo peor de todo es que ni lo sé, ni me interesa saberlo ya porque puedo afirmar sin temor a equivocarme, que necesito esa magia, pero no sé cómo conseguirla.

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