He de reconocer que hasta hace unos pocos años no tenía ni la más remota idea de nada concerniente a nada que se relacionase con el
'arte' en cualquiera de sus formas. Pero por alguna extraña razón que aún no he conseguido reconocer, me empecé a sentir atraído por cualquier obra que exprese ideas, sentimientos o emociones. Quizás atraído por la curiosidad de por qué el autor hacía tal obra o qué o quién le habría inspirado para hacerla. Descubrí entonces que cada obra
-cualquiera- tiene siempre una gran historia detrás. Es fascinante.Culmen de ello, empecé a visitar museos y exposiciones de manera habitual pero siempre sin compañía. ¿Sin compañía? Sí, casi siempre.
Pero mentiría atrevidamente si sólo lo hiciera con esa intención. Ciertamente lo hago con un objetivo, principalmente para poder tener un tiempo para mí, poder pensar, poder analizar las cosas que deben ser analizadas, como no puede ser de otra manera, con calma y mucha tranquilidad. Y si es en soledad, mejor.
Para poder entender y después analizar cualquier cosa y/o situación que nos ocupe, se debe meditar con calma y si es posible, retirado de cualquier distracción. Es todo un proceso, intelectual/emocional para poder tomar una decisión o simplemente analizar un hecho concreto.
Por ello, siempre hay dos partes claramente diferenciadas en el proceso anteriormente descrito, una primera que puede ser el la parte intelectual y la segunda parte que puede ser llamada la parte sentimental. El ejemplo más claro que se me ocurre puede ser el caso de las relaciones;
En las relaciones hay dos niveles, la
atracción física y la
atracción intelectual. La primera fase es la atracción física, la cual es la más básica y primitiva. Gracias a nuestra herencia genética y a nuestras infinitas ganas de procrear
-normalmente- la atracción física ocurre en primer momento pues sin duda es la más inmediata. Después ocurre la atracción intelectual la cual es mucho más compleja y sofisticada que la primera fase. Ésta última es
mucho más compleja pues no sólo se fundamenta en
"me gustan las mismas cosas que a la otra persona".Son los gustos, las ambiciones, las creencias, la cultura, el carácter, e infinidad de cosas que definen a una persona. No sólo son los gustos. Ambas fases
-física e intelectual- deben de ser satisfactorias para que las dos atracciones se
COMPLEMENTEN. Pues ese es su único objetivo, su única finalidad, complementarse. No puede ser de otra manera.
Normalmente en las relaciones, en las parejas, se busca una persona que se complemente contigo. Pocas veces buscas una persona que sea practicamente igual que tú, pues en dos personas iguales no habría atracción alguna.
El poder tomar decisiones ayuda a saber lo que verdaderamente se quiere. Muchas veces, sobretodo en determinados momentos, no se sabe realmente lo que uno quiere. Es relativamente normal, no es tan extraño como pensamos, incluso me atrevería a decir que no puede ser malo. La cosa cambia radicalmente cuando no se sabe lo que uno
NO quiere; aquí si que tenemos un conflicto pues sabiendo que
NO queremos podremos con mayor o menor ayuda encontrar lo que queramos
-aún a fuerza de ensayo/error-, pero si no sabemos lo que
NO queremos,difícilmente podremos saber y/o encontrar lo que verdaderamente queremos, interesa o complementa.
Es entonces cuando me pregunto: ¿
Algo puede cambiar? ¿Puede cambiar una persona?
Podría explayarme exahustivamente hasta el infinito para explicar el por qué una persona jamás cambia. Jamás. Entonces, ¿
Algo puede cambiar?
Por supuesto que si. Existen multitudes de factores que todo lo condicionan. Factores, algunos de ellos verdaderamente poderosos que si que pueden llegar a condicionar muchas situaciones pudiendo entonces y sólo entonces, cambiar
algo.
¿Dónde están esos factores?
¿Podría cambiar algo un beso? ¿Un abrazo? ¿Un paseo? ¿Un atardecer? ¿Una ilusión? ¿
Alguna ilusión?
Sólo sé que cuando no hay nada hay desilusión y cuando no hay ilusión difícilmente encontraremos algo más que nada.

Escuchando:
The Last Shadow Puppets - 'Standing Next to Me'